Orígenes de nuestra Asociación

Si luchamos, podemos perder, si no lo hacemos, estamos perdidos

L. Mariano César | 22 de enero de 2018

Aveprenco ha cumplido 40 años de vida, años de compromiso y lucha en representación y defensa de los intereses el colectivo de vendedores de prensa de Córdoba.

Hojeando el coleccionable sobre la Córdoba de los años 40 al 70 del pasado siglo, aparece una fotografía de Matias Camacho, ejerciendo la profesión, en su kiosco de la plaza de las Tendillas.

Fue Matias uno de los fundadores tanto de Aveprenco como de la Federación Andaluza de Vendedores de Prensa y la Confederación de Organizaciones de Vendedores de Prensa, que tuvieron su primera sede en la calle Cardenal Gonzalez, durante sus primeros pasos, siendo Matias el primer presidente que tuvo nuestra asociación.

Nuestro reconocimiento y agradecimiento a él y a tant@s otr@s compañer@s, que han hecho posible, con su trabajo, sacrificio y honestidad, que Aveprenco sea hoy un referente y un interlocutor respetado por editores, distribuidores, y administraciones públicas.

Si siempre ha sido vital para nuestros intereses la existencia de una organización que nos represente y defienda ante los abusos de los otros agentes, hoy lo es mucho más, ante el cada día más incierto futuro que se cierne sobre nuestra querida profesión, a la que, desde hace décadas se le está dando por moribunda, pero que se niega, nos negamos, a resignarnos a desaparecer, a pesar de los esfuerzos de ciertos editores, que intentan a diario obviarnos, iniciando campañas de suscripción en las intentan que el cliente, nuestro cliente, deje de serlo, en beneficio suyo, a la par que no cesan de intentar reducir nuestro sueldo, con las más variadas excusas.

Por otro lado, el monopolio de la distribución de publicaciones, y las constantes pérdidas de género en la entrega o retirada del mismo de los kioscos, sumado a los múltiples errores en la facturación y a la, en muchas ocasiones, arbitraria resolución de nuestras reclamaciones, son un intento más de clavar otra puntilla en el traje de madera que intentan endosarnos unos y otros.

Por todo ello, unámonos para resistir y defendernos, y recordad:
 

SI LUCHAMOS, PODEMOS PERDER, SI NO LO HACEMOS, ESTAMOS PERDIDOS