Mi primer recuerdo de Rafa me lleva a su local en la urbanización La Ladera donde le visite para informarle de que diario Marca nos iba a putear con la venta del periódico de la lotería de Navidad, poco después se apuntó a un curso de gestión que íbamos a impartir en la Asociación en unas condiciones precarias. A los pocos días de finalizar el curso se presentó en mi casa y me regaló una caja de puritos ( cuantos humos compartidos) y un disco de música cubana qu debo de confesar que aún no he abierto. Recuerdo que no me costó ningún esfuerzo convencerlo para que nos echara una mano para revitalizar una asociación, que por aquel entonces sólo se mantenía viva por el espíritu luchador de Luis Mariano César, y vaya si nos la echó , no una mano, el cuerpo entero.
Luego vinieron las reuniones, más reuniones, decisiones a tomar que no eran ni fáciles ni populares pero que a día de hoy demuestran que no nos equivocamos demasiado en tomarlas, y también vino la amistad y el compartir no sólo situaciones profesionales sino también de índole personal, surgió el famoso “comando Casa Fernando” compuesto por Mariano, Andrés, Antonio y nosotros dos.
Rafa es un tipo peculiar, convencido en sus ideas, vehemente en la defensa de las mismas , pero sobre todo es alguien con el que siempre se puede contar.
Podría contar decenas de anécdotas de nuestra relación, las sandalias del alkazar, el sacacorchos escondido, la noche de los jerséis rotos etc. Etc , pero creo que es mejor guardarlas en nuestra memoría y sacarlas a pasear en una velada que queda pendiente de producirse a mesa y mantel.
Rafa te deseo el mejor futuro posible y recordarte que aunque ya no formes parte de nuestro gremio puedes seguir obsequiándome con pan del Vacar de vez en cuando. Profesionalmente para mí ha sido un orgullo trabajar a tu lado, codo con codo, mollete con mollete, y personalmente un placer conocerte.
Tu amigo
Manuel Camacho.