Jalid ben Idris recibió el honor de dirigir la biblioteca más importante de su tiempo por parte del sabio califa al-Hakam II. Bajo su dirección, la Gran Biblioteca de Córdoba llegó a poseer casi doscientos mil libros y se convirtió en un faro de la cultura que atraía a sabios e intelectuales de todo el mundo conocido, tanto de Occidente como de Oriente. Sin embargo, todo cambió cuando el poder califal cayó en manos de Almanzor. En una triste y lamentable noche, los libros de la biblioteca fueron quemados en una enorme pira en la plaza.